La familia humana es una de las muchas que habitan el planeta.
Estoy segura de que tener consciencia de nuestra colectividad entre otros reinos nos puede ayudar a salir de la espiral autodestructiva en la que estamos atrapadas.
Una destrucción que no se revierte mirando al exterior, sino transformando el lugar interno en el que nos sostenemos y desde el que vivimos nuestras humildes vidas humanas.
Educar en la ecología no es enseñarles a reciclar (que ya está obsoleto) o hablar de las especies que se extinguen. El valor de la sostenibilidad es algo mucho más profundo que mirar a nuestro alrededor.
¿Cómo cuidamos a las madres?
¿Cuál es el servicio que ofrecemos a la Vida?
¿Cómo producimos nuestros alimentos?
¿Sabemos invocar y sostener la abundancia?
Las nuevas generaciones no van a cambiar el mundo. Este cometido está en nuestras manos (y corazones). Ellas se van a encontrar el mundo que les dejemos y, con ello, harán lo que puedan.
Este mundo no necesita que nos lavemos la cara con el reciclaje y los mensajes snobs de ecología.
Nuestra madre Tierra REQUIERE de una revisión de nosotrxs mismxs y de nuestra integridad como custodiantes de sus espacios.
Aquí te voy a hablar de cómo acompañar con coherencia e integridad a las criaturas para que entiendan que el planeta que nos acoge es un reflejo del mundo que somos nosotrxs mismxs.
Sé el cambio que quieres ver en el mundo
Es a través de nuestro ejemplo que podemos generar una transmisión COHERENTE de la ecología y la sostenibilidad en el planeta.
Pero si vamos un poquito más en lo profundo, veremos que la relación con la madre Tierra es mucho más compleja. Debemos cuestionarnos varios aspectos:
💡 el buentrato
💡 el lugar de las madres
💡 honrar los recursos
💡 cuestionar viejas consignas
Cuidar el planeta es una manera de cuidar la Vida
La relación con el planeta que nos sostiene nos habla mucho de la capacidad que tenemos de poder ofrecer cuidados a la fuente de abundancia.
La Tierra nos ofrece. Y aunque no la cuidemos, nos sigue brindando recursos como una madre suficientemente buena.
¿Te habías planteado alguna vez la relación que existe en ti entre la Tierra y la Madre?
Igual que con la Tierra pasa con las madres: si no se las sostiene en salud, su nutrición decrece. Y si lo hace, su salud mental se pone en riesgo.
La cosmovisión ancestral dibuja a la Tierra como nuestra madre: la que da, la que nutre, la que sostiene, la que nos cobija, acoge y recoge.
Cuando eduquemos en la ecología a nuestrxs hijxs, les podemos enseñar a respetar esta madre nutricia que, sin juicio, siempre está.
La sostenibilidad saludable en cualquier vínculo es aquella forma de relacionarnos en la que respetamos la esencia de lo otro. Gaia también merece que establezcamos intercambios basados en la interdependencia.
Crianza Ecológica
Sabes que abogo siempre por que las personas adultas seamos el ejemplo desde el que parte la transformación que queremos sembrar, ya sea en las futuras generaciones, como en el mundo en el que habitamos.
El planeta es abundante y nosotras también por el mero hecho de existir. Agradecer la abundancia y tomarla implica un profundo compromiso en el cuidado de estos recursos.
Educar en esta comprensión transforma la manera como nos relacionamos con el entorno. Nada nos pertenece. Custodiamos la tierra y es nuestro deber responsabilizarnos de su bienestar.
Una criatura que se desarrolla en simbiosis con Gaia la sabe como madre nutricia, y se sabe parte de ella.
La ecología auténtica es capaz de generar relaciones de interdependencia entre los reinos que habitan el planeta.
Ahora, sólo podemos educar en todo ello si nuestra mirada parte de la coherencia y la integridad.
Hablar de ecología y sostenibilidad (palabras muy de moda y, a menudo, vacías de contenido) es ponernos un espejo y afrontar cúan coherentes somos en nuestro caminar del día a día.
Podemos hablar de reciclaje y de querer vivir en un mundo más verde, pero hasta que no seamos conscientes de que la salud del mundo depende de la salud de lxs que lo habitamos, no estaremos cuidando el equilibrio sostenible entre dar y recibir. Y cuando hay avaricia, el equilibrio se rompe.
Está muy bien que eduquemos en el cuidado de la naturaleza, pero…
¿cómo está el cuidado hacia nosotrxs?
¿y a nuestros vínculos?
¿qué cuidados te regalas?
Educar en Ecología y Coherencia
🌏 El vínculo que establecemos con la naturaleza se refleja en nuestros pequeños actos cotidianos.
🌱 Como familia humana nos hemos confundido. Creernos superiores a las demás familias que coexisten con la nuestra ha llevado a que olvidemos la relación de INTERdependencia con Gaia.
Querer cuidar al planeta Tierra queda muy bien: reciclar, compostar, sembrar, reusar, etc. Pero en lo profundo de nuestro vínculo con ella está la manera cómo nos vinculamos con el AMOR.
Y, evidentemente, no me refiero al de las pelis románticas, sino al AMOR en mayúsculas, el que nos acerca como personas, el que nos vincula a los otros reinos, el que repara nuestras heridas.
Si no me cuido, ¿cómo voy a cuidar?
Si no me amo, ¿cómo voy a amar?
Y esta forma de mirar la ecología y la sostenibilidad pasa por recordarnos que, si queremos cuidar a la madre Tierra, primero tendremos que revisar qué lugar le damos a las madres que nos rodean.
❤️ Lo que le pasa a la madre Tierra es lo que les pasa a las madres bajo el prisma del patriarcado.
Aquí te dejo mi octálogo de Ecología y Crianza Respetuosa
(siéntete libre de guardarlo e inspirarte a menudo, ya sabes, botón derecho...)
Gracias por formar parte del colectivo del cambio.