Llamamos etapa del “no-retorno” a ese momento en que los niños y las niñas empiezan a darse cuenta que esa etapa que hemos llamado infancia, no va a regresar.
Este insight puede generar varios tipos de reacciones dependiendo de la edad a la que lo experimenten y del temperamento de cada niño y niña.
Reacciones posibles:
*tener miedo al futuro
*incertidumbre de lo que llegará
*ganas de más autonomía
*sentirse más mayores de lo que son
*comportarse como pre-adolescentes
*crisis espirituales o de vida
Este es un momento de transición potente que requiere que les miremos con todo lo que se les puede mover.
Con el tiempo se irán adaptando a esta nueva manera de estar en el mundo. Este es un proceso puente -que sucede entre los 8 y los 12 años- entre la seguridad y comodidad de la infancia, y la transformadora adolescencia.
A medida que van madurando, nace el pensamiento formal, que es la capacidad de integrar la abstracción en sus vidas, como por ejemplo: sopesar las consecuencias de decisiones que no han tomado nunca antes; o inferir posibles escenarios que todavía no han vivenciado, en definitiva, un salto cuántico más de su desarrollo cerebral hacia la adultez.
En este camino, y gracias a esta maduración orgánica, llega un momento en el que se dan cuenta que están cerrando una puerta a aquello que conocían y que, ahora __ya saben, no va a regresar. __
Pueden vivirlo de dos maneras opuestas:
1- Necesitar quedarse un ratito más en su yo infantil
2- Precipitarse a la adolescencia con prisas
Hagan lo que hagan, te necesitan a su lado para REGULARLES en esta transición.
Recuerda que todavía son pequeños/as. No les mires como adolescentes aunque ellas/os quieran serlo. Están experimentando. Pero esto no es real.
No les empujes hacia la adolescencia ni por el contrario intentes retenerles en su infancia.
Soltar lo conocido puede ser amenazante. No todos/as van a expresarlo igual.
Pueden empezar a reafirmarse en lo que piensan y quieren. A veces puede ser muy distinto de aquel niño o niña que tenías.
Y ten en cuenta que tú también tendrás que hacer tu propio duelo. Esta es una transición de toda la familia.
Te dejo con cinco palabras clave para acompañarles en esta etapa:
1- Regulación: yo me sigo encargando de ser el faro en tu tormenta.
2- Presencia: estaré siempre a tu lado para que te sientas seguro/a.
3- Confianza: veo que te estás haciendo mayor y aprendes a gestionar tu vida.
4- Autonomía: cada vez eres más capaz y te doy permisos para que lo demuestres.
5- Pantallas: sé que son una manera de socializarte y te acompaño a hacer un buen uso.
Espero que te sirva.
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