Hablo mucho de las formas de acompañar respetuosamente a la infancia. Pero también debo señalar aquellas conductas que dañan su desarrollo sano y son abusivas para su etapa madurativa.
La hipersexualización es una de ellas.
Las niñas y niños juegan, bailan, se disfrazan, se visten. Que todo esto esté sesgado por una constante comparativa con modelos inalcanzables es abusivo y les fuerza a encajar en un molde que les queda muy lejos y que les hará daño ahora y más adelante, en la adolescencia…
Qué es la hipersexualización
La hipersexualización en la infancia es aquella manera que tenemos de mirar a las niñas sobre todo a los niños también cada vez más y valorarles por sus atributos sexuales secundarios, que fíjate, en la infancia todavía no se han desarrollado.
Te pongo un ejemplo que seguramente habrás visto en alguna ocasión:
Imagínate una niña pequeña de cinco o seis años vestida con un top, una faldita corta y haciendo un movimiento sensual en un baile, y a su lado todo un séquito de personas adultas donde incluso pueden estar su madre, su padre, familiares o profesorado aplaudiendo, validando, muchas veces incluso grabando y subiendo a redes sociales estos vídeos…
¿Qué es lo que aprende esta niña cuando todas las personas a las que ella admira la están validando por unos atributos sexuales que todavía no tiene? Por un tipo de baile sensual que está pensado para mujeres desarrolladas.
Sabemos que, desde hace milenios, el cuerpo de las mujeres ha sido considerado como un objeto (y no sujeto) del placer.
Esto ha creado sociedades con un deseo sexual desordenado, que se ha manifestado en el maltrato y abuso de las mujeres, y por ende, en la vida en general.
El mensaje de todo esto ya se da desde la infancia y, a pesar de que muchas personas lo estamos viendo…
Por un lado no acabamos de ser conscientes de hasta dónde somos responsables, y por otro lado no sabemos cómo poner límites a esta tendencia que cada vez usurpa más la etapa infantil.
¿Sabes dónde se encuentra la hipersexualización?
Te doy unos ejemplos para que estés pendiente y puedas empezar a detectar en qué lugares se esconde esta realidad que afecta sobre todas las niñas pero también a los niños:
*En los bailes, cuántas veces habrás visto incluso que habrás reído al ver a niñas bailando imitando movimientos que están pensados para potenciar la sexualidad de las mujeres…
*Complementos: bolsos, gafas hiper espectaculares, tacones… son para las mujeres adultas y no para las niñas.
*Maquillaje: niñas que salen a la calle con las uñas pintadas, con los labios pintados, con maquillajes varios que no sólo se ponen ellas, sino que se lo proporcionamos las personas adultas para “que quede bien”.
*La ropa: no sabes la cantidad de familias que me escriben para decirme que le compran ropa a sus hijas en la sección de niños para que puedan ir cómodas, ya que la ropa de niña no lo es: es más ajustada y muestra partes del cuerpo que están pensadas para mujeres adultas, preparadas para atraer la mirada hacia ciertas zonas del cuerpo.
Para detectar si un comportamiento está hipersexualizado o no:
*Fíjate en la conducta que está realizando tu hija; si la realizase una mujer madura, ¿esta conducta sería excitante?
*Fíjate en la ropa que quiere ponerse; si esta ropa se la pusiera una mujer con sus características sexuales secundarias desarrolladas, ¿sería una ropa que consideraríamos sexy?
*Si la conducta de tu hija la realizará tu hijo, ¿le mirarían como si estuviera haciendo cosas de niña?
Si en alguna de estas tres preguntas has respondido que sí, probablemente la conducta que está realizando tu hija esté hipersexualizada.
Es muy importante entender que las niñas no necesitan que sexualicemos sus cuerpos.
La hipersexualización en la infancia es un abuso.
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