Al llorar podemos sanar nuestras angustias gracias a la química interna. Y si además el llanto es arropado por alguien presente que nos brinda una mirada segura y amorosa, resulta totalmente transformador.
El llanto es un mecanismo de regulación emocional, sobre todo en la primera infancia, por eso es tan importante poderlo acompañar.
El llanto en lxs bebés
El mensaje que transmite una bebé llorando es claro: algo le genera displacer.
La bebé pequeña todavía no ha aprendido a generar otras conductas que no sean las instintivas para llamar la atención. De esta forma, cuando aparece el llanto, las adultas sabemos que hay algo en ella que no le gusta, o le duele y se activa todo nuestro mecanismo oxitocínico para brindarle bienestar.
El llanto del bebé es una programación biológica que les ayuda a sobrevivir. Llorar, cuando no sabemos ni hablar ni desplazarnos, es la única estrategia que tenemos para llamar a quien nos puede sostener.
¿Qué pasa cuando descontamos el llanto del bebé?
Pues que, en pocas palabras, le estamos diciendo que su mecanismo interno no es válido, no funciona o no nos importa.
Así de claro.
La bebé aprende a existir y a estar en el mundo con la regulación que le damos. Necesita que le validemos sus habilidades de supervivencia. Si lo hacemos, se va a desarrollar con la seguridad de que tiene la capacidad para EXISTIR y NECESITAR, además de contar con herramientas para gestionar lo que le sucede. Si no lo hacemos estará carente de autoestima y de autonomía.
Acompañar el llanto de lxs bebés es uno de los primeros pilares para su SALUD MENTAL y para la prevención de abusos. La clave está en conectarles con su fuerza desde los inicios y validarles sus recursos.
En cambio, si de forma reiterada no acudimos al llamado de un bebé ante el llanto, aprende a desconectarse de su recurso instintivo. El llanto genera un desgaste de energía enorme. Cuando a un bebé se le deja llorar sin una presencia adulta que le transmita amor e interés, el sistema adaptativo de esx bebé —el hipotálamo— le transmite un mensaje parecido a este:
«Deja de llorar porque como sigas por ese camino vas a agotar las energías que te quedan y, visto lo visto, no sabes cuándo va a venir la persona que te nutre y te cuida. Así que más te vale quedarte calladita y sin moverte demasiado, no sea que te mueras de tanto pedir lo que necesitas».
Así que esx bebé, deseosx de vivir, hace caso a su centro de operaciones y acalla su conducta de petición.
Lo que ese ser humano aprende es que es inútil transmitir su displacer porque nadie lx consuela. Si este acompañamiento se reptire asiduamente, esx bebé va a desconectarse de su habilidad interna para pedir ayuda.
En niñxs más mayores, cuando ya existe la palabra y el desplazamiento, el llanto sigue siendo imprescindible para mostrarnos sus inquietudes internas. El mecanismo de maduración cerebral que les permite expresar con palabras lo que les angustia -la abstracción- se conquista en la adolescencia. Cuanto más lejos estén tus hijxs de esta etapa, menor capacidad para usar otro recurso que no sea el llanto para transmitirte su dolor.
El llanto, en general, es un mecanismo de regulación emocional que nos acompaña durante TODA la vida y que debemos aprender a gestionar.
Si te cuesta permitirte el llanto puede ser más complicado que gestiones desde la comprensión lo que tus hijxs necesitan cuando te lo muestran.
Estrategias que usamos para parar el llanto
¿Qué pasa cuando le decimos a una criatura “cuando lloras estás fex”, “los niños no lloran”, “¡pero si no es para tanto!”, “si no dejas de llorar nos vamos”...?
Detrás de todas estas frases que les decimos a lxs niñxs está el deseo encubierto de que paren de llorar.
¿Te has preguntado qué es lo que tiene el llanto que tanto te cuesta?
El llanto nos confronta con el dolor y el malestar de nuestrxs hijxs. Normal que nos cueste. ¿A quién no le gustaría que sus hijxs nunca le mostraran malestar?
Aprender que somos capaces de acompañarles cuando lloran nos ayuda a desprogramar esta idea de que “tenemos que salvarles”. Tal vez así sea más fácil sostenerles el llanto en lugar de castrarlo.
Te propongo una manera amorosa de acompañar el llanto con frases tipo:
“veo que hay algo que te duele”
“puedes llorar todo lo que necesites. Estoy aquí para acompañarte”
“estás llorando. ¿Qué necesitas?”
“te has hecho daño. Ven que te abrazo”
El poder del llanto infantil
En resumen, hemos visto que para lxs bebés el llanto es la única forma que tienen para comunicar su malestar.
Que a lxs niñxs que ya hablan les puede servir para llamar nuestra atención, para drenar sus emociones o para buscar cobijo en nuestros brazos. También les puede servir para conseguir lo que desean, sobre todo si se lo hemos incentivado, de hecho, si descubren que su llanto tienen “poder” sobre nosotrxs lo van a usar mucho.
Puedes aprender a diferenciar cuando el llanto es de desahogo o cuando es de atención. En los dos casos el llanto es necesario y se acompaña con presencia y mirada, pero cumple una función diferente.
Descubrir el para qué llora nos facilita la vida y nos predispone a ofrecérselo sin que lo tenga que pedir llorando. Recuerda que acompañar es sostener.
Como siempre te digo, pregúntate quién y cómo te acompañaron a ti cuando llorabas, porque en nuestra historia están las respuestas. Es posible que leerme te haya permitido revisar tus patrones, por favor, deseo que no te hayas juzgado y exigido.
Recuerda que la TERNURA necesaria para acercarnos a nuestrxs hijxs es la que generamos cuando nos relacionamos con nosotras mismas. Si te das mimo, puedes ofrecerlo fuera.
Te animo a que puedas OBSERVARTE en este camino de lidiar con el llanto desde otro lugar; comprendiendo que es un mecanismo de liberación emocional -tengan la edad que tengan- y que siempre que sale el llanto, es que ALGO NECESITAN, aunque lo pidan por el camino más rápido.
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Un fuerte abrazo