Cuando vemos las Navidades acercarse es normal que se nos planteen varias preguntas para que no nos pillen “desprevenidas”:
*¿Cómo voy a celebrarlas este año?
*¿A quién voy a invitar?
*¿Habrá regalos? ¿Y dulces?
*¿De qué tipo?
*¿Sabré poner límites?
*¿Serán otras fiestas con desbordes emocionales y excesos?
Puedes planificar y preparar tu “Plan Navidades Felices”, pero no en plan película de Hollywood. Sino para que puedas organizarte bien para que estas fiestas —si las deseas celebrar— te sumen y no te resten.
LOS REGALOS DE NAVIDAD NO SUSTITUYEN EL AMOR Y LA PRESENCIA.
En muchas ocasiones vemos como lxs niñxs son, literalmente, enterradxs entre una cantidad infame de regalos materiales cada vez que llegan las Navidades.
No puedo más que preguntarme, de dónde hemos sacado la idea que toda esta bacanal de cajas envueltas es lo que REALMENTE necesitan, quieren y les gusta.
¡Ojo! Que no discuto que a lxs niñxs —y adultxs— no nos gusten los regalos, las sorpresas y los bienes materiales, ¿eh? No va por aquí mi disertación.
Sino más bien por un cuestionamiento bien arraigado en unas creencias LIMITANTES y basadas en la CARENCIA, según las cuales nos han transmitido nuestrxs mapadres, que aquellxs niñxs que no tienen regalos por Navidades son de familias pobres.
No hace mucho tiempo atrás, que para estas fiestas se recibía una muñeca de trapo hecha a mano, una naranja y cuatro nueces. Como mucho. Hay quien se tenía que conformar con la naranja y las nueces.
El mundo materialista nos ha convencido que, de no aumentar la cantidad de regalos, lxs niñxs se van a sentir menos. ¿Menos qué?
*menos queridxs
*menos pudientes
*menos consentidxs
*menos que lxs demás
Y así, año tras año, las Navidades van desvirtuando su sentido profundo como ciclo natural —muchas familias ni siquiera saben cuál es el verdadero sentido de estas fechas. Y ya te avanzo que nada tiene que ver con el niño Jesús— y se van transformando en un desfile de enseres, juguetes y tecnología punta.
PREGUNTAS Y/O REFLEXIONES QUE PUEDES PREPARAR JUNTO A TU PAREJA
*¿Tenemos restricciones sobre los regalos que queremos hacer/recibir?
-plásticos
-objetos grandes
-objetos ruidosos.
*¿Hay un límite de regalos que queremos recibir?
*¿Te vas a llevar a casa todos los regalos? Hay regalos que se pueden quedar en casa de quien los regala, para así poderlos disfrutar cuando vayas de visita…
*¿Aceptamos regalos que van en contra de nuestros valores? Ej: ropa hipersexualizada, juguetes sexistas, alimentos con demasiada carga de azúcar, etc.
¿CÓMO CELEBRO LAS NAVIDADES?
Siempre que nos cuestionamos cambiar lo establecido, debemos saber que alguien saldrá molesto.
Celebrar estas fiestas no implica que deba sólo hacerse de una manera concreta. ¡Dale cuerda a tu creatividad!
Las Navidades son unas fiestas tradicionales de la religión cristiana. Si esta no es tu cosmovisión, cuestiónate si te representan.
Recuerda que todo lo que tenga que ver con la crianza de tus hijxs, te pertenece. Date permiso a poner límites para cuidar(os).
La gestión de los REGALOS y los DULCES puede generar malestares entre personas de tu familia que no piensen igual.
Poner límites no significa acusar, enfadarte ni criticar. No lo hagas para ir “EN CONTRA DE”, sino “A FAVOR TUYO” (y de tus peques).
Recuerda que como dijo el sabio: “si te sientes iluminadx vete a pasar una semana con tu familia”.