¿Qué nos pasa con el sueño infantil?
¿Cómo un acto tan instintivo, necesario y útil en nuestra especie humana nos puede traer tanto revuelo?
Pues eso me pregunté yo desde los incios de acompañar a familias en la gestión de su día a día. Me daba cuenta de que la gestión del sueño, en la mayoría de los casos, suponía una fuente de estrés muy grande y, a menudo, de fuertes discusiones en la pareja.
Investigué gracias a la experiencia de varias comunidades de familias en las que estaba, leí mucho y me acabé topando con el maravilloso libro de Michel Odent que lo resume en una frase: “El bebé es un mamífero”.
Y es que es así. Si observamos a nuestrxs hermanxs de tribu mamaria vemos que el sueño no es un problema siempre y cuando se acompañe desde este instinto y esta pulsión.
Ahora bien, ¿ser respetuosxs con nuestrxs hijxs implica que tengamos que obviar nuestras necesidades adultas?
Pues sí y no. Me explico: es obvio que la llegada de una criatrua implica cambios, transformaciones y renuncias durante un período de tiempo. Cuáles, cuánto tiempo, y de qué manera, esto ya va a depender de cada sistema familiar y de cada idiosincrasia particular.
Ahora bien, que en nombre del respeto sólo se perpetúen las necesidades infantiles no siempre es lo más ordenado (y para esto, se debe conocer a cada familia y siempre hay que huir de las recetas).
En el acompañamiento del sueño infantil esta ecuación la llevamos a rajatabla: respeto para el mamífero que hemos parido dentro de una estructura familiar que cuide los ritmos y necesidades de lxs adultxs.
El sueño según la edad de la criatura
Lxs bebés nacen siendo más mamíferxs que humanxs. Michel Odent lo explica claramente en su libro “El bebé es un mamífero” que te mencionaba más arriba y nos recuerda qué es lo que necesitan de verdad.
El sueño es una necesidad vital que evoluciona con nosotrxs y se adapta a las exigencias de la Vida.
Tu hijx aprende a su ritmo. Sale del útero con un sueño que se ha establecido ya a los 6 meses de gestación y que tiene 2 ciclos y nace con un sueño distinto al nuestro que le viene desde el útero. Le tomará unos meses regularse en el sueño de 4 ciclos. De hecho, lxs bebés se despiertan a menudo porque necesitan ingerir alimento, ya que la leche materna es saciante durante un corto tiempo. Hasta los 3 meses el bebé es ultradiano, es decir, no diferencia el día de la noche y el sueño ocupa el 70% de su tiempo.
Entre los 4 y los 7 meses transforma su forma de dormir y necesitará entornos conocidos. Tendrá microdespertares nocturnos porque está aprendiendo a dormir como lxs adultxs.
A los 7 meses adquiere el ritmo circadiano: ya diferencia el día de la noche.
Durante los 8-9 primeros meses de Vida, va a adquirir el sueño de 4 ciclos adultxs, aunque obviamente no con la madurez que nosotrxs tenemos.
Hasta los 2 años va a necesitar paciencia, sostén, rutinas y presencia para regular su sueño.
Pueden aparecer pesadillas o terrores nocturnos. Se acompañan diferente y deberían ser transitorios de ciertas etapas.
En definitiva, encontrar una buena manera de acompañarles a dormir con rutinas, mimo, comprensión y paciencia les ayudará a sentirse miradxs y respetadxs para ir aterrizando a este mundo adulto.
Para dormir bien...
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Recuerda que tu bebé es un mamífero y te necesita.
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Necesita ser alimentadx durante la noche (sobre todo si le das leche materna en exclusiva).
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El colecho en situaciones de seguridad aumenta su confianza y facilita el proceso.
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Si duerme en cuna estate cerca y atiéndele siempre que te lo pida.
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Comprende que no sabe dormir como tú y que, de inicio, ni sabe diferenciar día y noche.
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Escúchate y busca una manera que tenga sentido para tu momento vital. La deprivación de sueño no te cuida.
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Lxs bebés no aprenden a dormir con el llanto. Se paralizan por terror y se domestican en el abandono.
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Si quieres ayuda, ¡pídela! Hay profesionales amorosas que podrán acompañar tu situación.
El sueño acaba siendo un espejo del alma de nuestrxs peques y un buen indicador de cuando algo les sucede.
Amigarte con este ámbito de vuestras vidas desde la comprensión de que te necesitan para madurarlo, y de que tienes recursos para ello, te facilitará este proceso de acompañamiento.
Recuerda siempre que el proceso del DORMIR debe ser PLACENTERO para que tanto lxs niñxs como nosotrxs, queramos repetirlo cada día.
¿Cómo es para ti esa transición al descanso?
El otro día hablaba con un papá que me confesaba que a la hora de empezar todo el ritual de la noche, ya se ponía tenso. Y, claro, si no hay placer en lx adultx, raramente podrá haber placer en la actividad que compartimos con lxs peques.
Le propuse que añadiera algún elemento de gozo a ese momento. Y cuando lo encontró, pudo visualizar esa transición con una sonrisa en la cara.
¿Cuál puede ser tu RECURSO DE PLACER para esos momentos?
- una buena música
- tu aceite esencial favorito
- visualizarte como la mama osa acompañando a las crías a dormir
- leerles un libro que te guste
- etc
❣ Recordemos que el dormir es un acto institntivo, necesario y para el que venimos programadas. ¿Verdad que no se te ocurriría dudar e intervenir tanto en el caminar a no ser que haya alguna dificultad? Pues es importante que veamos al sueño como un proceso biológico en MADURACIÓN.