Hablar de pantallas es entrar en tierra pantanosa. Y acompañar en el uso de la tecnología implica mirar en profundidad el sistema familiar.
Aquí algunas de las preguntas que yo les hago a lxs adultxs:
¿Te consideras tecnofílica o tecnofóbica?
¿Dónde haces uso de la tecnología en tu casa?
¿Cuáles son los límites que ponéis?
¿Cuáles las líneas rojas?
¿Cuánta demanda por parte de lxs peques hay?
Conectarse a la tecnología en plena era digital no debería ser considerado una rareza.
Las pantallas han venido para quedarse y, como todo lo nuevo, requiere de un proceso de adaptación que toma tiempo y, sobre todo, mucha regulación.
Para lxs más peques, este proceso de construirse en un entorno tan alejado de lo natural es confuso: por un lado está la biología humana y por el otro, la rapidez de lo tecnológico.
¿Qué le pasa a un ser en construcción cuando siente frustración, enfado, tristeza o malestar?
Pues que necesita atravesar esas experiencias internas acompañadx por una persona adulta regulada que le pueda sostener.
Por eso hay que tener cuidado con:
*no despistar
*no castrar
*no censurar
*no abandonar
*no sobreproteger
A menudo, el uso de pantallas ante una situación de malestar infantil enfatiza todos estos puntos anteriores y es entonces cuando nuestrxs hijxs van a abusar de ellas ante cualquier sensación que les toque su vacío.
¡Vamos a gestionar bien las pantallas!
A medida que van creciendo podemos introducir el uso de las pantallas siempre que no esté vinculado con actividades fisiológicas como:
*comer
*ir al wc
*dormirse
Porque si no, corremos el riesgo de hacerles dependientes de la pantalla en momentos en que necesitan una atención activa con sus cuerpos para aprender a regularse.
En etapa de desarrollo (0 a 12) debemos regular su uso para no establecer un abuso.
*de 0 a 3 nada de pantallas. En esta etapa de desarrollo cerebral debemos regular muchísimo la exposición que hacemos de pantallas porqué es el período más sensible en el que se construyen como seres HUMANOS.
*de 3 a 7 puntualmente (2/3 días por semana).
*de 7 a 12 no más de 50 minutos seguidos.
*La Adolescencia ya es territorio comanche y la prohibición no te va a funcionar. Este es un momento en que debemos confiar que mucha de la regulación de la que harán acopio ya se la hemos ofrecido previamente durante su infancia. Eso no significa que no necesiten límites (of course!), sólo que deben ser una continuación coherente de lo que venimos ofreciendo.
Aprende a poner límites desde la base.
Observa cuál es el ejemplo que les ofreces.
Gracias por estar aquí, ahora.
Ver curso sobre la tecnología y las pantallas en la crianza.